-¿Sabes cual es la prueba real de que los vampiros no existen?
-¿Por qué me cuentas esto?
-La muerte es una fuerza irresistible, y la inmortalidad una vida inamovible. No podrían cohexistir. Piénsalo.
No sé cómo, pero hay veces, como hoy, que empiezo pensando en ese alguien que suele aprovecharse de mi falsa ingenuidad, y termino pensando en grotescos chupasangre de muchísima menos categoría que mi queridísimo Drácula (¡¡Grácias Bram!!, ¡Grácias Francis!).
27 octubre 2009
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