25 diciembre 2009


So in summary, no religion's truth. It's all just a matter of faith!
Foto: quitate la venda, y abre los ojos.

Me toca los cojones. Y he perdido la fe.
Se acabó eso de creer que la gente inocente todavía existe, en confiar en la bondad de las personas, en pensar que todo acto malo es por ignorancia. Adiós utópico Tim's world; hola mundo real de mierda, donde nadie cree en nada. Aquí, la fe, es un chiste.

Haré un club de fans en el Facebook para las "personas que no entienden":

1. Personas que no entienden la homosexualidad. Parémonos un momento de nada, a pensar. Sí, a pensar. ¿Qué es exactamente lo que no entiendes? ¿Qué una persona pueda amar a otra? La homofóbia no existe -por lo menos yo no creo que exista. Un homofóbico siempre es alguien que, necesariamente, no tiene ni la menor idea de qué es el amor, porque estoy completamente segura, y me juego mi orgullo y dignidad en ello, que si sabes que es el amor, si has provado un bocadito de ese pastel, tu mente está automáticamente preparada para aceptar, y apoyar, que el amor no entiende de nada, que se trata de las almas, de la mente, de la personalidad, de lo que sea, pero que es completa e indistintamente independiente del cuerpo. ¡Por Dios! ¿Es antinatural el qué? ¿A caso no sienten lo mismo? Esa sensación de necesitar estar con alguien y saber que no se puede, o por contra, ser correspondido: la impotencia o la felicidad amorosas son la misma para todo el mundo. Heterosexuales, homosexuales o indefinidos. Da lo mismo. ¿Qué el hombre está hecho para tener sexo con la mujer, y viceversa? Ja-ja. ¿Y de dónde has sacado eso, encanto? El hombre y la mujer están hechos, diseñados, para seguir la especie, todo lo demás es conclusión fácil, cerrada, estúpida y deprimente. Las respuestas fáciles a mi, personalmente, no me van.

2. Personas que no entienden la igualdad de distinas razas, o personas que son racistas. Raciastas de todo el mundo -sobretodo de mi país-, doy por hecho que sabeis que la palabra "raza" con la que despreciais a moros, entre otros, es de origen árabe. Supongo, ¡cómo iba a dudarlo!, que dado que la especie humana es humana y no animal por tener una cultura, y es obvio que la cultura no es hereditaria, sería una gran estupidez juzgar por aspecto físico a los humanos, en lugar de por cultura (aunque, cabe admitir, que aspecto físico tenemos todos, cultura no). También doy por sabido, porque esto si que ya sería de ignorancia preocupante, que negros, blancos y amarillos tenemos un origen común; igual que doy por supuesto el general conocimiento de que las razas no existen, ni científica ni biológicamente, puesto que por este origen común, toda la humanidad pertenece a un mismo repertorio genético. "Pero él es negro, ¡yo soy blanco!", gran observación amigo racista. Y el de más allá es moro, ¡ostia, y ese amarillo-anaranjado! Que buen argumento para tu clacisismo racial, a no ser por el pequeño, mínimo detalle diría yo, de que la pigmentación de la piel, en la genética, es un portentaje de chiste -y de un chiste muy, muy bueno. Que tu diferencia genética con el negro más negro de todos, no varía más que la que te diferencia del blanco más blanco de todos. Leed, ¡por Dios, leed! O mejor, seguir en ese pozo de ridiculez sin fondo que es la ignorancia, porque es tan sarcásticamente divertido ver como los humanos más incultos, que por definición serían los más parecidos a un animal (tal y como lo entendemos en este contextro determinado, si es que a caso me explico y se puede entender algo), critican a los negros por negros y primarios, ¡arguementando que su cultura es inferior! Será lo que digais, y estaremos o no deacuerdo, pero... ¿a caso nadie lo ve? ¡Vosotros mismos reconoceis que ellos tienen cultura!

Por favor, ¡GRUPO EN EL FACEBOOK YA!


Ejemplo de conversación absurdamente falacica:
(Sujeto A: me cae bien; Sujeto B: uso mi fantástica hipocresía social para hacer ver que me cae bien)
-Defínete.
-Homófogo y racista.
-Arguméntalo.
-Un gay es algo antinatural.
-¿Por qué?
-Porque si.
-Entiendo, pretendes dar por válida una afirmación sin base como argumento.
-Ningun otro animal lo hace.
-Ahí tal vez tengas razón. ¿También eres ornitorincofóbico? Ningun animal tiene pico, pone huevos y es mamífero. Son antinaturales.
-Joder, eso es distinto.
-Des de luego que si, ¡que capacidad crítica! ¡Que discernimiento!
-Vale, está bien, pero el cuerpo humano no está diseñado para eso.
-Entonces, ¿ahora yo debería ser creyente, no?
-¿Por qué?
-¡Porque estoy hablando con Dios! El mismísimo diseñador del cuerpo humano.
-Te ries, pero es un argumento que no puede refutar.
-Obviamente, de lo absurdo que es. ¿Crees que el cuerpo humano está diseñado para teclear, para matar o para ir en bicicleta? El cuerpo humano está diseñado, punto. El para qué lo ponemos nosotros.
-Nunca ha habido gays, es una enfermedad nueva de ahora.
-¿Verdad que sí? Ya lo decían en la antigua grecia, ya, "es una enfermedad nueva de ahora".
-¿Y del racismo que me tienes que decir?
-¿Qué me tienes que decir tú?
-No hay ningun negro importante, ningun físico chino o científico moro.
-Eso si que es un argumento, estoy segura de que Cervantes pondría una mano en el fuego por ello, ¿adivinas que mano?
-Ja-ja.
-Sí hay científicos no-blancos, aunque es verdad que la mayoría son de nuestra raza.
-¿Entonces, me das la razón?
-Des de luego que si. Ahora, esperate a que dejemos estudiar a los no-blancos, que eso hace tres días que pasa, verás donde queda esa mayoría de listillos blancos.
-Los negros viven atrasados, porque son inferiores.
-Des de luego que son inferiores materialmente, ¿sabes por qué?
-¿La Revolución industrial?
-Des de luego, y porque no han sido tan hijosdeputa como los europeos. Vivían y dejaban vivir.
-Esta conversación no va hacia ningun lado.
-Lo sé, pero yo soy quien la está escribiendo y digo que continue.
-¿Sí? ¿Por qué? ¿A caso tienes algo más que añadir?
-Imbécil.
-¿Y ahora?
-Ahora ya no.

21 diciembre 2009


Hay cosas que son preciosas. Imagenes que son pasión. Momentos en los que es imposible respirar.
Todas las cosas que tocas, son preciosas. Todas las imagenes que completas, son pasión. En todos los momentos que regalas,es imposible respirar.

Había olvidado (creía haber olvidado) por qué me enamoré de ti. Y era simple de recordar: eres fascinante. Me fascinas. Parece que nunca se te va a acabar la actividad, esas ganas con las que haces cualquier cosa. Es increíble como alguien puede transformar algo vanal en algo espectacular. Te derrites con todo. Toda la comida es una delicia para ti -y yo adoro esos detalles. Nunca acabas de ponerte la capucha, siempre a la mitad de la cabeza... Idiomas, inteligencia, filosofía, deporte, risas, motes, paisajes, recuerdos. Tantas cosas vividas. Porque me enseñaste a amar. Porque fuiste el primero. Porque soy incapaz de olvidarte (de olvidar tus bromas, tus rabietas, tu pasión, tu gracia, tu naturalidad, tu encanto, tus críticas, tu confianza, tu lealtad, tú). Es increíble. Y no hay palabras.
Tal vez quede una para describir aquello a lo que mi léxico no alcanza.
Fascinante.
©TIMOTHY
FUMAR
Me dispongo a escribir la simplicidad de fumarse un cigarrillo.
Así, que en este relato no encontraréis ni brujas malas con una asquerosa verruga en una puntiaguda nariz, ni magos buenos con el pelo largo y blanco a conjunto con la barba. Tampoco nada relacionado con extraterrestres con pieles de colores vivos -como pueden ser el azul, el verde o el naranja o el rojo amarillento-, ni batallas campales de la edad media con espadas forjadas por elfos, ni luchas entre héroes del futuro. Tampoco es una historia de miedo donde leer como una pobre chica adolescente se pierde en una gran ciudad, a pleno manto de la noche, y empieza a tener visiones futuristas mientras llora desesperada. Ni es exactamente un escrito en el que se retractan las costumbres de una época determinada, donde los personajes van y vienen en sus vidas cuotidianas, utilizando transportes públicos, saliendo de discotecas por la noche y follando borrachos en algún baño público. Y aunque se que a la gente le gusta leer historias de un amor platónico entre un Romeo y una Julieta, que se conocen en un bar, donde ella es camarera y él cliente habitual, y su amor surge a primera vista, tampoco es esa mi intención con este relato.
Todavía menos quiero dibujar paisajes verdes, de montañas infinitas, y cielos azules, que provocan una paz oceánica. Y, si no es mucho arriesgar, aún menos un cuento corto sobre la muerte de algún general en alguna guerra en algún lugar, donde, seguramente, una bomba que caería cerca de su campamento base le provocaría la locura y luego la muerte, y le obligaría a soltar blasfemias contra Dios y los hombres hasta que el aire dejara de entrar y salir de sus pulmones, y la sangre correr y saltar de vena en vena.
Ni quiero -¡ni mucho menos!- mostraros lo sucedido en una nave espacial hacia Júpiter, o hacia Marte, o, incluso, hacia el sol. Y, por descontado, tampoco hablar de la crueldad y del egoísmo de algún ser humano en particular, haciendo una crítica social y metaforizando mi entorno. Por otro lado, supongo que a estas alturas, ya os imagináis que el relato tampoco trata del traspaso de la vida a la muerte, ni del más allá, ni de la minuciosidad que demuestra un peligroso y violento asesino en serie obsesionado con las mujeres rubias y de ojos oscuros entre una franja de edad que calificaríamos como de mujer madura pero todavía joven. Ni de las conversaciones nocturnas de la luna y las estrellas, donde ellas la admiran y la mayor envidia la luz propia de las otras, y su fuego. Ni del crecimiento de las plantas, ni de los alimentos que nos da la tierra, ni de la relación de Pol -un niño de tres años-, con su perrita Mosqui -que casi le dobla la edad-, y que siempre juegan juntos en el patio trasero de su casa.
Es, simplemente, eso: lo simple de fumarse un cigarrillo.



Eso siempre ha sido una tentación demasiado peligrosa, y yo me pregunto por qué. Por qué se nos ilumina la cara con una sonrisita de medio lado cuando logramos transformar algo tan simple, en la cosa más complicada y descavellada que podamos imaginar.

©TIMOTHY

01 noviembre 2009

LA NAVIDAD 72

Con esta sumaba setena y dos Navidades, y todo seguía exactamente igual. Los mismos villancicos de siempre, la misma nieve helada, y el frío, que se enterraba hasta las entrañas de los huesos. Disfrutaba la costumbre de sentarse en el magullado sillón de piel y mirar por la ventana. Se divertía observando como la gente paseaba sin sospechar que alguien les espiaba. Y entonces se dio cuenta. No era el único a quien eso divertía. Un hombre, con gafas oscuras y bufanda, miraba su ventana fijamente. Desde hacía varios días. No le dejaba vivir. Le costaba respirar sabiendo que era observado; los pulmones no respondían bien y el pecho bombeaba demasiado rápido. Corrió la cortina y fue al dormitorio. El miedo era terrible y su único amparo era la absoluta oscuridad. Así continuó hasta olvidar la luz y el calor del sol, que derriten muñecos de nieve, con gafas oscuras y bufandas, en aceras anchas, delante de edificios viejos.
©TIMOTHY'09

29 octubre 2009

instinto animal.




Da miedo ir hacia la oscuridad...

27 octubre 2009

Asquerosos chupasangre de *****

-¿Sabes cual es la prueba real de que los vampiros no existen?
-¿Por qué me cuentas esto?
-La muerte es una fuerza irresistible, y la inmortalidad una vida inamovible. No podrían cohexistir. Piénsalo.


No sé cómo, pero hay veces, como hoy, que empiezo pensando en ese alguien que suele aprovecharse de mi falsa ingenuidad, y termino pensando en grotescos chupasangre de muchísima menos categoría que mi queridísimo Drácula (¡¡Grácias Bram!!, ¡Grácias Francis!).

25 octubre 2009

Él me abrazo con fuerza, y yo me sentía volar. Estar entre sus brazos, con la cabeza apoyada en su pecho, era una de las sensaciones más cálidas que yo había experimentado hasta entonces a lo largo de mi vida. Estábamos tan cerca el uno del otro, y a pesar de eso era incapaz de percibir su olor. Entonces me di cuenta de que había dejado de respirar, y me obligué a mi misma a calmarme un poco y volver a llenar mis pulmones de aire. Estaba tan bien allí; oyendo el latir de su corazón justo debajo de mi oreja. Sonreí. Me resultaba todo tan absurdamente bonito que sabía que no podía durar mucho más. Los sueños siempre se acaban; uno se despierta y vuelve a la realidad.
[IDÉNTICOS PARA A; PARECIDOS PARA B; SIMILARES PARA C Y DIFERENTES PARA MI]*


A un hombre muy especial y extraño, que cree ser cosas que no es e ignora la mayor de sus virtudes.
SSss.

18 octubre 2009

VOZ OFF EMILIA

El hombre es el animal más paradójico(1), por eso tiene una visión de su final tan paradójica: tememos a la muerte porque nos quita la utopía de la eterna vida, mas la muerte es eterna, y si la vida son versos en la arena que acaba borrando el mar, todo lo escrito en la muerte, en la muerte se quedará(2).
Es lógico querer algo; es lógico temer aquello que te lo quite; y es ilógico temer aquello que te lo quite cuando también te lo da.
De hecho, la tememos porque la desconocemos, pero ninguna de las opciones que nos ofrece son malas. ¿El Cielo? ¿La nada? ¿Una broma? ¿El Mundo de las Ideas? La mayoría son mejores que trabajar.


(1) A. Machado, "proverbios y cantares" XVI.
(2) J. Verdaguer, "vora la mar".

13 octubre 2009

w3.lavanguardia.es

Estaba mirando la Vanguardia, por internet, y he visto un anuncio, de esos animados, y me he dicho: busca, niña, busca alguien que se ría de esto como lo haces tú.

El anuncio va de lo siguiente: es un tío, un tal Sr. González, que quiere comprarse un disfraz para triunfar en las fiestas. La foto:




A ver… A ver. Primero, ¿tú crees que un tío que ya tiene más frente que culo, y que lleva gafas de los años 60, va a ir a una fiesta de disfrazes? Y lo segundo, lo más importante, ¿para qué quieres un disfraz? ¡Eres Woody Allen!





Pero el anuncio sigue, y te enseñan el disfraz que el Sr. González considera apropiado para ir a triunfar en las fiestas, y se lo compra. El disfraz es este:




A ver, el disfraz está bien, además puedes mandar a alguien si te da mucho palo ir, porque como no tiene ni agujero para los ojos ni para respirar, es casi imposible que descubran que no eres tú. Pero volvamos a lo interesante del temilla, el disfraz es más que obvio que lo ha encontrado, y es terrorífico, un caballo gigante de peluche con cara de cabreado y con cuello de jirafa, oh dios, ¡no!, pero es que el tío se ha comprado este disfraz para triunfar en las fiestas. Repito, triunfar. Y ahí se queda el chiste, porque relincha por sí solo.

¡Y el anuncio sigue! La coletilla final.




“Un padre feliz”. ¡Un padre feliz! La pregunta es la siguiente: ¿la felicidad del padre… la compartirán los hijos?