10 febrero 2010

Seguro que me recordareis de posts como...



Andrómeda es una chica muy peculiar (es muy suya, en sus cosas). Para que vayamos recordando acontecimientos anteriores y podamos perfilar con más detalle al personaje en cuestión, recordemos, por un instante, el puntiagudo tema de Txus. ¡Y ahora hay segunda parte! (personalmente espero que esto desarrolle en saga). Al segundo tomo podriamos titularlo "en los entierros no se paga", "muerete tu también, puto maleducado" o "como mi madre haga esto (que sé que no lo hará) la cojo y la arrastro de los pelos".
La cosa -si no recuerdo mal, cosa que últimamente es muy común-, ha empezado porque el otro día, a Andrómeda, una señora le dio un folletín para rezar a Dios en caso de enfermedad. Bueno, Andrómeda cree que esto es una tontería: en primer lugar, porque Dios no está en todas partes, está en otro planeta; y en segundo lugar, porque si estás enfermo, estás enfermo (¡haber pedido muerte!). El rollito que sigue es que (y aquí yo ya no sé cómo cojones hemos ido a llegar) Andrómeda se quejaba, y con algo de razón lógica, sobre el hecho de que, en las Iglesias, te pasen la hucha del cerdito rosa incluso en un funeral. 
-Es pá meternos un tiro todos y suicidarnos.
Bueno, a ver... A ver, no fuesemos a generalizar indebidamente (que yo no tengo nada que ver en esta movida, y los tiros me dan pavor). Por otra parte, si que me parece algo ofensivo intentar hacer recaudación económica cuando "el cliente" acaba de perder a un ser querido (o no, porque las tías que siempre te abrazan demasiado fuerte, parecen más un hombre que una mujer y nunca sueltan un duro, al final también se mueren), pero normalmente a la familia se le tiene afecto, y sí, estoy deacuerdo con Andrómeda; de muy mal gusto. No obstante, debo puntualizar, que la afirmación del tiro me parece un poco precipitada (el lado bueno es que no te puedes arrepentir de la decisión).
Blablaente: Pero las iglésias necesitan dinero para los gastos de agua, luz, personal...
Andrómeda: Pues que limpien los devotos.
(que, por cierto, me acabo de fijar que la palabra devotos tiene muchos números de venir de la gente que hace los votos religiosos, los votos, los votos, de votos, devotos, ¡oh! ¡Que curioso!)
Blablante: No, eso está prohibido. Porque ya ha pasado que esta gente se hace daño curring curring en la iglesia y sin contrato ni seguro ni ostias (ja  ja), y luego denuncian.
Andrómeda: Que hijos de puta que son todos.
Blablante: Esto es como cuando sales a la calle, la acera está mal, te caes y denuncias al Ayuntamiento. Pues si ganas, cobras (¡y un pastón del bueno!).
Andrómeda: ¡Claro! (con tono de la ironía) ¡Lo queremos todo perfecto, no? ¡Pero si ejjque lo perfecto no existe!
Risa.doc: Ya, pero a ver, para eso pagamos impuestos.
¡Bien! ¡STOP! Esa es una idea interesante. ¿Queremos un mundo perfecto? Sí. ¿Cómo intentamos conseguirlo? Luchando, no. Pagando, sí. Eso es tristísimo (pero eh, también es comodísimo). Pagamos una cierta cantidad de impuestos y esperamos a que todo esté perfecto, y obviamente, si no lo está, nos creemos ahí con todo el puto derecho del mundo de quejarnos. No, no, no. Y más no. No me refiero al caso concreto de alguien que se cae por la calle y bla-bla, porque eso es una chorrada, hablo en un plano más general (e incluso, los más listos, pueden irse por las ramas y ver el rollo de "los impuestos" como una metaforilla de esas cutres, pero que siempre quedan bien). El mensaje de fondo de esta idea, es que no podemos quejarnos de que algo va mal cuando no hacemos absolutamente nada para cambiarlo (y me la pela si pagas muchos impuestos sanitarios, porque bien que luego vas a urgencias hasta por un puto constipado. ¿Y nos quejamos de las colas quilométricas del rollo? ¡Dejad de ir ya por cualquier chorrada al puto médico! (a la infermera o a urgencias), y no me estoy patillando esto, porque aunque suene patético 10 (en la escala del 1 al 10 del patetiquismo), mi madre es infermera y juro por Dios que cuando la gente se aburre va al médico de cabecera, por lo menos en esta puta ciudad).
Andrómeda: Eso que dicen "haber nacido es el mejor regalo..." ¡Los cojones!
De esta frase sólo quiero añadir una pequeña acotación (ya que Andrómeda se expresa muy clarito ella sola), y esque la vida no es "el mejor regalo", la vida es "el regalo", porque una vez aquí no te regalan ni una sonrisa.
Andrómeda: Deberíamos vivir en cuevas todos.
Risa.doc: Pues vete.
¡Muy bien! ¡Muy - bien! Ese Risa.doc ahí: si predicas algo, hermosura, predica también con el ejemplo. Basta de gente que se cree muy cool por ir de hippie con el rollo rastas, trencitas y el pelo guarro y hecho una mierda. Basta ya de tantísima hipocresía social. Que no nos timen más, joder. No soporto a la gente que habla sin saber de qué coño está pelifarrando, no puedo con ellos; pero todavía soporto menos a los listillos incultos que "yo soy super guay antiracista, pero no, no vayamos a cenar al kebap poorque, verás, lo llevan unos moros, y no se yo si esta gente y la higiéne... Ya me entiendes, ¡y no es por criticar eh! Que yo soy super hippie".
Pero Risa.doc sigue con sus frases cortas y concisas:
-El problema de esto es un problema muy, muy de fondo.
A lo que Blablaente -que ya iremos viendo que pocas veces logra reprimirse el instinto básico de hablar-, añade:
-El problema de fondo es la respuesta a la pregunta "¿y qué hago con mi vida?".
Y des de luego, el sabio Blablaente, acostumbra a tener razón: esa pregunta es un coñazo, un tostón, una putada. Es la típica pregunta a la que todo el mundo le gustaría tener la respuesta, la mayoría dice que la tiene (y algunos incluso se creen tenerla de verdad), pero tan sólo la minoría goza de una contestación en toda regla.
Tras esta breve intervención de Blablaente, la cual me resulta muy interesante, nos enfrascamos en una animada discusión (siempre en el mejor significado de la palabra), sobre la felicidad, el dinero y la necesidad -en otras palabras, sobre la necesidad del dinero para alcanzar la felicidad-, llegando a la conlcusión de que, nos guste o no, el dinero siempre ayuda (y por lo general ayuda mucho) a lograr una felicidad (sin entrar en el rollo de felicidad artificial, y todo eso).
-Pero ojalá no fuese así.
Porque Andrómeda, nos caiga bien o nos caiga superbien, también tiene frasones interesantes.
Y Blablaente sigue en su onda:
-La existencia, ya se sabe... Gente con esa sensación de que no hace falta aquí, de que su existencia es completamente prescindible. Cuando vivo, tengo que darle una respuesta a mi vida.
Y, posteriormente, añade:
-Yo creo que, lo que realmente hace falta aquí, es que tengais ideales. A vuestra edad (entre 17 y 20), teneis una gran capacidad de aprendizaje, y por eso debeis forjar ahora vuestros ideales, porque es ahora cuando podreis modificarlos y mejorarlos. Comeos el mundo. "Mi vida no me gusta", ¡pues cambiala!
Y sí, sí: vuelve a tener razón (que es lo que decíamos antes). Nos quejamos de infinidad de cosas de nuestra vida diaria, de nuestra sociedad, ehh, paremonos un momento a pensar, ¿quejarnos o cambiar dichas cosas? Wo, wo, wo, ¿camino fácil y quejadoso, o más chunguillo, estresado, complicado, difícil a la par que satisfactorio?
Luego hemos pasado a hablar, gracias a nuestra simpática Andrómeda, de los nuevos pijos, esos chavales que gastan más dinero en ropa y estilo cool de lo que me he gastado yo en toda mi vida (y, debo añadir, que aunque Andrómeda critica ese "estilo de vida" de estos insensatos adolescentes a todo chorro de voz, yo no lo veo tan mal, al fin y al cabo, el dinero es suyo, y tienen legítimo derecho a hacer con ello lo que les rote por el forro de los cojones, aunque, obviamente, yo también preferiría que llevaran un pantalón de veinte pavos en vez de de doscientos, y que el resto (pongamos, cientoochenta), se fuera directito para África, a acabar con el hambre).
-Nos estamos volviendo locos, ¡el mundo se esta volviendo loco! -dice Andrómeda siguiendo con el tema de los niñitos (¡y niñitas!) pijos, y que quieren crecer demasiado deprisa-. Me da asco la gente, y mira que yo antes no era así, y siempre ayudaba a todo el mundo. ¿Pero para qué ayudar a la gente? Si mañana te morirás y se olvidarán todos de ti.
Esta es una visión sumamente pesimista de la vida, que ni si quiera me voy a molestar en rebatir (a mi todo me parece bien). Pero des de luego, esa no es la actitud más apropiada para que "la gente" te recuerde y, obviamente también, "la gente" nunca te va a recordar, no eres nada (ni serás) para ellos, las "personas" son las que te recordarán. Y con eso deberías contentarte.
Andrómeda: Quedan muy pocas personas buenas.
Y justo cuando yo iba a hablar por primera vez en toda esta saga de clases de religión perdidas para discutir (y hundir sin piedad alguna) esa afirmación, Andrómeda continuó hablando (y me ahorró la molestia de hablar a mi)...
-Bueno, no, no. No es que la gente sea buena o mala, es que la gente hace cosas buenas o malas, y normalmente son malas.
Esta reflexión, con la que estoy completamente deacuerdo, la generaliza en la juventud de hoy en día, y sigue:
-Si el futuro de la sociedad somos nosotros [juventud]... ¡Ojalá que se acabe el mundo!
Blablaente: Esa es una mala actitud, Andrómeda. Tu tienes que pensar que aunque todo el mundo actúe mal, a ti no tienen porque arrastrarte también con ellos. Que [+anécdota de la mili que no voy a poner+] dos a dos, hacen dos mil.
A partir de aquí, hay un vacío casi insultante en mi memoria, pero se que hemos empezado a hablar de invasiones (o no), pero Blablaing se ha reído vilmente de nosotros:
-Imagínate que vienen los franceses y nos invades... ¡Pues aprendemos francés!
El Alto: Uiix, no, no, no, eso no va así Blablaente. Eso incluye la pérdida de las libertades, ¡de nuestras libertades! Y eso no mola. No se puede permitir.
Y, para ir acabando con este inacabable post, citar otra laguna memorística, y la coletilla final de "la clase" de religión de hoy (porque sí, todo esto ha sucedido hoy mismo, y no, no he podido resistirme a esperar más tiempo para transcribirlo).
Andrómeda: ¿Vivir la vida? ¡Vivir la farsa esta que te hacen creer que es vida! Estudiar, trabajar... ¿Y a ver, de qué te sirve eso?
El Amigo: Estudiar, por ejemplo, te sirve para decir lo que estás diciendo ahora, porque sin estudios y sin formación no sabrías nada de nada.
(Y no podrías criticar nada de nada, hermosa Andrómeda).


La conclusión que saco yo de todo esto (porque hoy sí que la tiene), es que Andrómeda me cae bien, es una chica que me gusta mucho como hace las cosas. A ver, creo que (a veces) defiende gilipolleces, como Txus como ser extraterrestre, pero dado que yo no estoy en posesión de la verdad, mejor no hablar mucho. Pero eso no es lo importante, lo importante es que Andrómeda es un personaje muy raro, casi en peligro de extinción, entre los jovenes y adolescentes de hoy en día: Andrómeda defiende aquello en lo que cree, con un par de cojones (aunque, si que es verdad, que esta actitud es perfecta siempre que sea moderada, porque debemos aprender a escuchar la opinión de los demás, que como mucho nos dejará indiferentes, pero que suele contribuir a reformar y mejorar la nuestra).
Es decir, Andrómeda de mayor, si encuentra la respuesta a la pregunta blablaentiana ¿qué sentido tiene mi vida?, será una tía muy, muy feliz (o como mínimo, así lo espero y se lo deseo yo, des de mi humilde legado), porque luchará por esa respuesta, hasta tal punto, que será practicamente imposible que no logre alcanzar objetivos considerablemente importantes a la par que cercanos a dicha respuesta (que, entendemos, es el fin al que queremos llegar, la felicidad que todos andamos buscando).
©TIMOTHY

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