28 febrero 2010

Errores.

Me hace gracia que yo deba pagar por los errores de mis padres. O por los de mis hermanos. O mis amigos por los míos. 
Me hace gracia la necesidad inapagable de la gente de clasificar a las personas entre buenas o malas. Queridos, el gris también existe.
Me hace gracia que me taxen de algo porque he oído que o parece que, ¿nos conocemos de algo? ¿No? Pues te callas, mongólico.
Me hace gracia que la gente se crea con todo el derecho del mundo a opinar sobre tu vida, juzgar tus acciones y castigar tus errores (eso sí, casualmente nos acostumbramos a olvidar de alagar los méritos).
Me hace gracia que se me perdone pero no se olvide en lo que a mi respecta, mientras se es tan amigo de otras personas que han hecho lo mismo, o algo peor. No, no, pero esto es diferente...
Me hace gracia que la gente tenga prejuicios absurdos de los que ellos mismos forman parte, pero se autoexcluyen, que siempre resulta más fácil que pensar y dejar de ser un prejuicioso de mierda.
Me hace gracia que la gente insulte o ataque basándose en aspectos de seres queridos, porque del "contrincante" no pueden criticar nada. Bien, ¿pues entonces qué estamos haciendo? A parte del ridículo, digo.
Me hace gracia que se nos utilize y manipule. "Enseñanza secundaria obligatoria" porque el analfabetismo es una aberración que deberíamos exterminar... Genial, pero aquí se paga hasta para examinarte en selectividad.
Me hace gracia que se vaya de supermegaprogresista, y tu amigo que folla mucho sea el putísimo amo, y tu amiga que folla mucho siga siendo la zorra del pueblo.

Me hacen gracia muchas cosas pero, fijate bien; no me río. 
©TIMOTHY


No hay comentarios:

Publicar un comentario